Autor: Fernando Sotomayor Puelma.
En un lejano país rodeado amorosamente de rosas blancas, cantaba la princesa de la luna, su canto era hermoso como un manantial de luz, y su risa era el esplendor del cielo, sus aplausos eran la dicha de la naturaleza, y sus pensamientos eran la alegría del cosmos y el sueño de la brisa, cuando amaba, cuando su corazón amaba, era la fiesta de los caminos inexplorados y de las montañas lejanas, y luego una tarde el dolor llego a sus ojos y a su boca, se detuvo el tiempo, los pétalos en el viento, se detuvo la luz como irreales espadas, la música como mariposas de suspiros, todo quedo inmóvil velando en su dolor, durmiendo en su dolor, todas las cosas del mundo con una lagrima en los ojos y una cruz en el alma, y en el momento de su muerte, junto con su ultimo suspiro, todo se desvaneció como el efímero mundo de un ángel que sueña.Etiquetas: Fernanado Sotomayor Puelma |