viernes, agosto 14, 2009
Sobre lo inexistente
(Esta historia es mi punto de vista de "Vodka Naranja", la que fue escrita por Pablo Croquevielle. Pueden leerla aquí )

Sabía que estabas en otro lado, Sabía que no tenías otra reunión. La verdad es que te descuidé bastante, descuidé bastante nuestra relación. De no haberlo hecho, no habrías vuelto a ella.

Lo supe del día que revisé su Facebook y vi en su estado "soltera". Luego, tú me contaste que había discutido con su ahora ex-novio. Claro, ya sabía lo que venía: Las llegadas tarde, las idas a comer, las reuniones ... como te dije alguna vez siempre supe lo que iba a pasar, pero quise ser indiferente a la situación. Pero, mientras más trataba de ser indiferente, más me sumergía en el trabajo. Claro, tú llegabas tarde, pero yo llegaba tan cansada que sólo te dejaba la comida servida y me iba a acostar, sin siquiera pensar en esperarte. Esos fueron los primeros días ya que, mientras iba pasando el tiempo, ya no encontrabas siquiera comida servida ni a mi despierta. Apenas nos veíamos en la mañana.
A pesar de todo eso, me extrañó que no llegaras. Me extrañó no ver al despertar tu bandeja del desayuno vacía y el mío ya frío y creo que por eso te llamé. Me contestaste y, fríamente, me dijiste que teníamos que hablar. Insististe en que nos juntáramos en algún lado pero no, fui una cobarde y te dije "dimelo ahora". Me dijiste la verdad: Habías ido a un bar y te encontraste con ella. Después de conversar, se marcharon a su apartamento y, por fin, ella había regresado. Y yo tenía la razón todos estos años. Me pediste perdón y me dijiste que regresarías a buscar tus cosas. Sentí que el corazón se me hacía añicos pero no era nada nuevo. Te dije "tendrás que ordenar tus cosas, tengo demasiado trabajo hoy" y corté. Jamás me imaginé que podía ser tan fría como tampoco jamás pensé que serías tan sincero.
Guardé mi celular, maldiciendo el día en que acepté estar contigo. También maldije el día en que quise ignorar lo que estaba sucediendo frente a mis narices. Llamé a mi trabajo y dije "este día no iré, acaba de morir un pariente cercano, lo siento". La verdad es que era mi corazón el que había muerto. Pero, aún así, hice la que fue nuestra cama, me fumé un cigarro y me puse a dormir. Tenía que aprovechar ese día para descansar, hace semanas que no lo hacía.
Al final de la tarde, sentí la puerta; eras tú. Entraste sigilosamente, me miraste, besaste mi frente y pasaste tu mano por mi cabello. Mi cuerpo tembló un instante; no he aprendido a controlar mis impulsos para no luchar contra el destino. Creo que pensaste que despertaría ya que me miraste un buen rato. Luego, comenzaste a guardar tus cosas. Me echaste una mirada y luego miraste a mi alrededor, buscando de seguro una botella de licor que explicase el por qué estaba tan dormida. Al no encontrar respuesta, dijiste un suave "adiós", dejaste las llaves sobre la mesa y te marchaste, como tantas veces te dije que lo harías. Sólo con un adiós.
Al día siguiente desperté más renovada. Ya estaba preparada para todo, lo peor había pasado, debía seguir con mi rutina diaria. Y así partí a trabajar, a escribir, a tomarme un café con los colegas y discutir qué malvada era la gente en el mundo, como si nada hubiese pasado. La verdad es que hasta ese día no había pasado nada y, sin saberlo yo, todo lo del día anterior fue culpa del deseo y el vodka naranja.
Soñado por kyri-chan a las 10:02 p. m.  
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home
 
 
Quien escribe?
Mi foto
Nombre: kyri-chan

Soy una niña loca con muchos sueños locos, enamorada, me gusta mucho escribir y me cuesta menos expresarme de esta manera. Gracias por visitar mis blog!

Blog's que no puedes dejar de visitar
Algo de lo que ya he escrito
Meses del año
Template by
Free Blogger templates